¿Es sano evitar tener conflictos?
Los conflictos son naturales y existen en todas las relaciones vivas y sanas. Lo importante es aprender a resolverlos de forma constructiva y no violenta. En una relación sin conflictos, habría que ver qué es lo que está pasando, que está sucediendo. ¿Hay un miedo hacia la otra persona? ¿Conformismo? ¿Manipulación? ¿Abuso de poder?
He visto relaciones en las que no hay conflictos, que aparentemente parecen estar muy bien, pero en las que se esconde una manipulación y un miedo, que lo que provoca es NO querer discutir porque sabes que no vas a tener razón, que te la van a quitar, o que de alguna manera la otra persona va a estar por encima, abusando por ejemplo de su poder de palabra.
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El conflicto es una situación idónea para acercarnos y comprendernos más y mejor a la otra persona y sus necesidades. Lo importante es la manera de solucionar el conflicto, porque si no es la adecuada, puede ir poco a poco destruyendo la relación. Como dice Tomas Gordon, «Los conflictos son la semilla de la destrucción o la semilla de la unión más fuerte»
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Cuando hay un conflicto entre padres e hijos, debemos intentar resolver la situación de una manera democrática. No debemos de verlo como una lucha de poder donde siempre va a ganar la figura adulta, sino como parte de la relación que nos sirve para acercarnos mucho más a la otra persona, si se resuelve de una manera empática y asertiva.
Duante décadas se ha transmitido la idea de que al niño hay que «domarlo» para que no se nos suba a la chepa o por el miedo a que se convierta en un tirano o una persona dañina si no le disciplinamos. Y esto nos pone a la defensiva constante con nuestros hijos, con la idea de que no nos tomen el pelo, nos manipulen o chantajeen, lo que hace que veamos la resolución del conflicto como una batalla donde hay un ganador y un perdedor y donde casi siempre quien gana es quien demuestra tener más abuso de poder, es decir el padre/madre. Esto sería el conocido método autoritario.
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Lo primero que debemos ver es lo que siente el adulto con ese conflicto. ¿Se siente un fracasado?, ¿Siente qué le están tomando el pelo? ¿Siente qué ha perdido su autoridad como padre/madre?
Los conflictos son oportunidades grandísimas por un lado, para poder llegar a averiguar que hay más allá y qué es lo que está ocurriendo que hace provocar ese conflicto y por otro, para crear relaciones más cercanas y reales.
Y tú, como vives los conflictos. ¿Eres de los de evitar discutir porque crees que es malo? ¿Acabas tragando todo por no discutir? ¿Y con tus hijos?