Conflictos «sanos» entre hermanos.
No intervengas.
Tienen que aprender a resolverlo……
¿Cuántas veces has escuchado esta frase?
¿Cuántas veces te ha venido a la cabeza una y otra vez?
Pero el tiempo pasa y sientes que eso no funciona, que los conflictos son constantes y siempre o casi siempre, acaban mal.
Y es desesperante.
Y ya has probado de todo, pero no te sirve. Y te preguntas cuándo llegará ese día en el que aprendan, porque es agotador y de momento, la lucha de poder continúa y hay veces que incluso se vuelve insoportable.
Y ya no sabes que hacer, porque mientras esa frase se repite en tu cabeza una y otra vez, sientes que en realidad tienes que hacer algo, pero tienes miedo a fallar y que se vuelvan dependientes, que no aprendan a resolver sus cosas, que necesiten que estemos una y otra vez… Porque al final, todo esto es lo que nos transmite la sociedad. ¿No?
Pero si lo piensas bien, no tiene sentido y si has leído hasta aquí, es porque todas esas creencias que nos transmiten no te están dando resultado y quieres saber más.
Y es que hay una idea muy extendida de que los niños y las niñas (incluso desde tempranísima edad) tienen que aprender a resolver sus conflictos o problemas sin ayuda, sin nuestra intervención y dejando toda la responsabilidad de saber cómo hacerlo en sus manos, de saber cómo resolverlo y además que sea de manera respetuosa y asertiva. Eso por supuesto.
¿Sabemos cómo resolver los nuestros propios conflictos y problemas de forma positiva?
Se nos ha transmitido la idea del conflicto como algo negativo. Y supongo que por eso les tenemos tanto miedo y tendemos a negarlos. Porque nadie nos enseñó a gestionarlos ni a verlos como oportunidad de aprendizaje. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Pero ¿Cómo van a aprender a resolver conflictos si no ven un modelo ni los acompañamos, ayudamos y aportamos herramientas para saber cómo hacerlo de una manera positiva, asertiva y equitativa a la vez?
Los conflictos, como naturales que son, existen en todas las relaciones sanas y vivas. Y cada uno puede ser una oportunidad para acercarnos a la otra persona, entenderla y hacer más fuerte la relación. Pero también se puede estar dando mucho abuso de poder que no están sabiendo identificar ni pudiendo frenar, y eso poco a poco también puede ir alejando la relación o haciendo que los conflictos, a diferencia de lo que creemos, sean cada vez más continuos precisamente porque se van quedando instalados y quedándose sin resolver.
Muchas familias viven una situación de conflictos intensos y casi permanentes entre sus hijos/as, lo cual tensa mucho la dinámica familiar y genera un gran malestar. Y pese a que son naturales, cuando estas situaciones se convierten en algo permanente, dejan de serlo.
Pero esta situación puede cambiar y se puede convertir en un aprendizaje positivo, si desde la comprensión, el acompañamiento y la escucha, les vamos dando herramientas para que esos conflictos no sean constantes ni provoquen tanto mal estar en la familia.
Como dice Thomas Gordon, el conflicto es la semilla de la destrucción o de la unión más fuerte
Todo esto y mucho más lo veremos en el taller por WhatsApp de “Conflictos sanos entre hermanos/as” que será del 19 al 25 de abril y del que puedes ver toda la información y apuntarte desde aquí. Un taller en el que romperemos un poco con las creencias que la sociedad nos transmite.
Aprenderemos que no todos los conflictos se llegan a resolver, ni hay una manera exacta de cómo hacerlo, porque depende de muchos factores, pero veremos cómo abordarlos desde la infancia, a través de la intervención, el acompañamiento emocional, la escucha activa y el no juicio y que, desde ahí, se pueden sacar grandes aprendizajes para que a la larga acaben resolviendo la situación de una forma positiva para las partes, sin necesidad de contar con nuestra ayuda y además les aportaremos muchas herramientas para la prevención de abusos.
¿Te unes?
Si aún tienes dudas pues escribirme y si no están en mis redes, te invito a pasarte por ellas, porque es desde donde más información comparto