¿Si deja de llorar significa que lo he acompañado bien?

¿Si deja de llorar significa que la he acompañado emocionalmente bien? ¿Y si no deja de llorar, le acompaño mal? Son preguntas que me hacéis a menudo por privado o en asesorías o talleres .

Acompañar es centrarse en lo que le está pasando al niño, en cómo se siente, que necesita, que puedo hacer por él. Pero no se trata de que deje de llorar, sino de que se sienta acompañado mientras llora el tiempo que necesite. Cuando uno está bien y se siente bien, entonces deja de llorar. Los niños no lloran porque si. 

El acompañamiento emocional se basa en el apoyo a la vivencia  de la otra persona desde la presencia activa, no directiva y reflejando al otro que lo comprendemos y lo entendemos lo que está sintiendo, dejando en sus manos completamente la vivencia de la emoción, sin tratar de gestionarsela. Simplemente acompañando y dando nombre a lo que está sintiendo

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Esto es tremendamente difícil porque cuando un hijo llora, o tiene un momento de descontrol emocional, lo que nos suele pasar es que se nos actualiza lo que en su momento quizás tuvimos que reprimir y según lo que cada uno ha recibido o dejado de recibir, le costará más o menos sostener el llanto de su hijo/a.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Muchas veces necesitamos acallar. Acallar ese llanto, que despierta el nuestro y así no perder el control. Porque sus propias emociones descontrolan las nuestras

Pero es importante saber que cuando nos descontrolamos mucho y de forma muy potente porque nuestros hijos no cubren nuestra necesidad de obediencia, inmediatez y silencio, debemos revisar el porqué. Y eso solo lo podemos hacer si nos miramos por dentro y logramos conectar con nosotros, con nuestro sentir, con nuestros propios miedos.